Cuando era Niño, la Paz y la Alegría reinaba en los Pueblos |
Recuerdo, que cuando era niño, me sentaba con los mayores a escuchar sus conversaciones. También recuerdo que me sentía muy a gusto con ellos. Las personas, en aquella época, hablaban de forma pausada y tranquila, y por supuesto transmitían esa paz y seguridad que aportan las energías de sosiego, de equilibrio, me refiero a la Templanza.
Hablo de la paz de pueblo, de gente de buen corazón, de personas sencillas, solidarias, comprensivas, consideradas, respetuosas. Hablo de la paz de la naturaleza, de la paz que aporta el trabajo desempeñado con las manos y el sudor de la frente, el trabajo con animales, la agricultura. La paz y la ilusión que transmitía cada amanecer y la relajación de aquél momento, donde se compartía un vacito de vino y muchas anécdotas, entre amigos, al final de la jornada laboral. Hablo de la paz y la luz de aquellas sábanas blancas lavadas a mano, entre cantos y risas de mujeres felices, felices por nada, que tendidas al sol entre las plataneras daban brillo a la vida.
Cuando era Niño me Encantaba sentir la Energía del Pueblo, de la Vida |
Hoy en día, y muy a pesar mío, es difícil de encontrar esa paz de antaño, ya que la gran mayoría de personas se encuentra estresada, alterada, amargada, nerviosa, desesperada, agobiada, ... anímicamente enferma...
Recuerdo que cuando era niño y me disgustaba, perdía el apetito, me volvía apático, desganado, desinteresado, irritado, gruñón, raro, ... cosa que notaban mis padres, que por supuesto, me llevaban sin prisa pero sin demora, a un curandero para que me curara "las madres" (me sanara el Plexo Solar). El curandero me deshacía ese disgusto (bloqueo energético) que me ocasionaba los síntomas físicos, emocionales, sentimentales, mentales, que cité anteriormente.
Después de la curación, transcurridos algunos días y llevando a cabo las recomendaciones del Sanador, yo volvía a ser el mismo de siempre, o sea, yo mismo... y eso hasta el próximo disgusto.
Aquellas Sábanas reflejaban el Alma blanca de Mujeres Buenas |
Pero, hoy en día, no hace falta que te lleves un disgusto para que se te bloquee el Plexo Solar. Hoy en día, tan solo el relacionarse con las demás personas, te bloquea el Plexo Solar, ya que todos los demás lo tienen bloqueado y desequilibrado, y eso es lo que te transmiten, contagian. Hoy en día, no puedes sentarte tranquilo a conversar con otros seres humanos, porque no existe paz interior en el ser humano, no existe paz en el alma humana que se pueda transmitir.
Después de cualquier reunión, te separas de los demás con el vientre inflamado, como si hubieras padecido el mayor disgusto, el mayor bloqueo energético que nunca hubieras sufrido, y por supuesto, necesitas aplicarte sanación para deshacerlo, para volver a ser tú mismo. Después de cualquier reunión, llegas a tu casa con dolor de cabeza, dolor de cuello, dolor en las lumbares, dolor de espalda, con angustia, ansiedad, desasosiego, nerviosismo taquicardias, etc., etc., etc. Te llevas contigo, no la paz de aquellos buenos y nobles hombres y mujeres de antaño, que podías sentir cuando eras niño, sino todos los males del hombre y la mujer modernos, y por supuesto te tienes que aplicar sanación para recuperarte y mantenerte...
Damián Alvarez en https://sistemasanaciontinerfe.blogspot.com/