En el sistema hospitalario argentino, la práctica oriental comienza a dar tímidamente sus primeros pasos. Son varios los médicos que aprueban su uso, entre ellos Alberto Cormillot. “Se ha encontrado que, en algunos casos, el Reiki tiene un efecto terapéutico demostrado y, en otros, pone al paciente de mejor humor para recibir el resto del tratamiento. En ambos casos, es bienvenido porque puede ser de mucha utilidad para el acompañamiento de enfermedades crónicas, que implican un importante sufrimiento psicológico. No como otras terapias alternativas que son supercherías, como el irisdiagnóstico o la terapia con imanes o con colores, que no resisten el menor análisis”, comenta Cormillot.
El médico vaticina que en algún momento el Reiki se implementará formalmente en los hospitales argentinos, aunque cree que, a diferencia de la rapidez con la que avanza la terapia en Estados Unidos, la inclusión en el país será más lenta porque los médicos locales tienen una formación académica exclusivamente occidental. “En toda la carrera universitaria no se incluye el manejo de los pacientes crónicos ni su fortalecimiento espiritual o anímico. Las residencias refuerzan el manejo de la medicina occidental basado en la evidencia. Pero, de todas maneras, hoy en día también se le da valor a la medicina fundamentada en la experiencia y en la observación. Las disciplinas orientales van ganando lugar”, asegura Cormillot.